Una mujer y un hombre chocan de frente con sus coches, el golpe es tan grande, que quedan los coches completamente destrozados.
Pero increíblemente ninguno de los dos sale lastimado.
Mirando los coches la mujer dice:
-¡Ay Dios!, ¡mira los coches!, han quedado destrozados y milagrosamente nosotros no tenemos ni un rasguño. Esta debe ser una señal de Dios que nos indica que nosotros debemos conocernos y ser amigos durante el resto de nuestros días.
El hombre, observando la belleza de la mujer, contesta:
- Pues sí, estoy completamente de acuerdo contigo, esto debe ser una señal de Dios
La mujer continua:
- Mira, otro milagro, a pesar de cómo a quedado mi coche esta botella de vino no se ha roto. Seguro que es otra señal de Dios que quiere que nos bebamos esta botella de vino para celebrar nuestra buena suerte.
Le da la botella al hombre, él la acepta, la abre, se bebe la mitad y se la devuelve a ella.
La mujer coge la botella, le pone el tapón y se la devuelve al hombre.
El hombre extrañado la pregunta:
- ¿Es qué, no vas a beber?
La mujer responde:
- No, yo creo que mejor voy a esperar a que la policía nos haya hecho la prueba de la alcoholemia.
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