dimarts, 8 de març del 2011

memorias de un ... feo.

El drama de mi vida se remonta al mismo día de mi nacimiento. Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre:

- "Hicimos lo que pudimos... pero nació vivo".

Cuando mi mamá me vio no sabia si quedarse conmigo o con la placenta.

Como era prematuro me metieron en una incubadora... con vidrios polarizados.

Mi madre nunca me dio el pecho, decía que sólo me quería como amigo.

Yo siempre fui muy peludo. A mi madre siempre le preguntaban: "Señora, a su hijo ¿lo parió o lo tejió?"

A mi padre le gustaba enseñar la foto que llevaba en su cartera, pero era la foto de un niño que ya iba en la cartera cuando la compró.

Pronto me di cuenta que mis padres no me querían, pues mis juguetes para la bañera eran una radio y un tostador eléctrico.

Una vez que me perdí pedí ayuda a un policía y cuando le pregunté si creía que íbamos a encontrar a mis padres, me contesto: "No lo se, hay un montón de lugares donde se pueden haber escondido"

Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello para que el perro jugara conmigo.

Si, amigos, yo soy FEO, tan FEO que una vez me atropello un coche y quedé .....mejor.

Tuve que trabajar desde pequeño, empecé en una veterinaria y la gente no paraba de preguntarle a mi jefe de qué raza era.

Un día me llamo una chica diciéndome: “Ven a mi casa que no hay nadie”. Cuando llegue a su casa efectivamente no había nadie.

El último deseo de mi padre antes de morir fue que me sentara en sus piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica.

Una vez que me iba a suicidar tirándome desde la terraza de un edificio de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Sólo dijo: "En sus marcas, listos..."

Aun así me queda sólo un alivio que me reconforta y me llena de satisfacción. Por lo menos he llegado a donde ni siquiera yo pensaba.....



Presidente del Gobierno

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