dissabte, 5 de març del 2011

la corbata

Agotado y desesperado por la sed, un árabe se arrastraba por el Sahara, cuando divisó un movimiento en la distancia.

Esperanzado en hallar agua, se fue acercando hasta la imagen.

Era un viejo catalán, sentado frente a un caballete lleno de corbatas.

- Estoy desfalleciendo de sed. ¿Podría darme agua? -imploró el árabe.

El catalán le respondió:

- La verdad es que no tengo agua, pero ... ¿por qué no me compra una corbata?. Aquí tengo una que le va perfecta con su túnica...

- ¡No quiero una corbata! - gritó el árabe - ¡Agua, coño, quiero agua!

- Bueno, no me compre una corbata si no quiere pero, para que vea que soy una buena persona, le diré que pasando esa colina, a unos 6 kilómetros, hay un pequeño oasis con un buen restaurante. Camine en ese sentido, ¡ellos tienen todo el agua que quiera!

El árabe lo agradeció y desapareció rápidamente tras la colina.

A las cuatro horas, el árabe regresa donde estaba el viejo catalán, que seguía sentado frente a su caballete de corbatas.

El viejo catalán le pregunta al árabe:

- Le dije a 6 kilómetros tras la colina; ¿no lo ha encontrado? ¿se ha perdido?

- Lo encontré perfectamente, ¡pero el cabrón de tu hermano dice que no se puede entrar en su restaurante sin corbata!

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